lo austero y reiterativo del cemento
incita a escaparse en la madrugada,
abrir una a una las canillas
e inundar el casco viejo de la ciudad.
Piedra libre fantasma.
Tu ciudad nació intencionada,
la mía fue una aglomeración de sucesos fortuitos y adoquines.
¿Qué vas a saber vos de nuestra patria
si nunca quisiste escuchar nuestras historias?
Olvidate vos mismo si ése es tu deseo.
Recorre envuelto en sábanas las casas de hermosas señoras,
los cascos de caballería
las carretas embarradas.
Los vivos escapamos hacia delante
regalando flores a quien pasa,
deshaciéndonos del entierro inmaduro.
Tu tribu se apelotona en la ventana
y vos seguís en el reparo de la parra.
Si por lo menos hicieras vino
para convidarme en el frío invierno.
Contame que hay de ancestral en vos,
a que cortes impactaste con tus pecados,
qué clase de manifiesto te trajo a este río.
Te desnudo en una tregua, un acuerdo tácito.
Recorro las arrugas con los dedos,
tus pliegues.
No estás muerto.
Si querés seguí buscando tu suerte
ajena a los días que corren.
Miles son las sábanas que rompí para tus trajes,
las camas quedaron peladas
y los cuerpos al descubierto.
Bienvenido fantasma,
piedra libre a tu alegría
a tu sangre nueva.
piedra libre a tu alegría
a tu sangre nueva.