29

Tu mano gira sobre su propio eje,
pasa el meridiano de mi lunar
y hace que se suceda un día en nuestras cinturas.
Tiempo atávico.
Mi pecho rota sobre tu eje
y provoca una semana en el tuyo.
Letargo, traslación.
Dormir siglos en tu cuerpo.
Sin gracia la humedad rellena los huecos
que carecen de espacio y tiempo
(No sé si los cuerpos carecen de geografía
o se aturden con los mapas)
De su agua florece el musgo
que cría cuerpos
y sostiene muros.

extranjera

es bueno saber que no voy a estar tan sola
rodeada de desconocidos
sosteniendo carteles de bienvenida ajenos
suspirando sus perdidas
y clamando sus miedos

27

los espacios de duda

Creo que.

No sabemos cuanta vida anida en nuestro suburbio.
La humedad y ella se desnudan en tu cierto y desaparecen a medida que se va el invierno.
Mis cosas se suceden en otros climas más secos, no ajenos y añejos por eso.
Las anotaciones son como máquinas del tiempo
y la memoria es condición de exilio.
La tranquilidad que acompaña al viento más fuerte te trenza el pelo,
para que me sonrías con nuevos hábitos.
No hay esteros suficientes para contenernos.