15

Sólo quedamos mi cuerpo y las macetas
en un carnaval sin tiempo
Seguimos el compás del silencio y jamás molestamos a los vecinos porque no tenemos.
Nos despertamos con los ronquidos de un reloj destartalado y soñamos siempre a deshora.
No tenemos calles donde desfilar pero bailamos todas las mañanas.
Cada vez entendemos menos de modales, para nosotras sólo existen las mañanas que
son eternas y el resto del día es excusa.

14

La historia poco clara de fragmentos inconfundibles.
No es una visión reciproca,
no me estás leyendo entre líneas
y yo tampoco.

No hay pureza o certeza que valga
contenidos, ni lineas, ni rectas, ni trayectorias, ni figuras, ni direcciones.
Contenidos y espacios blancos entre las líneas.

13

Un asesino a sueldo no puede acusar a un carnicero de asesino, ni un poeta a otro por utilizar metáforas. Por eso nos pusimos a trabajar de manera insaciable con mi amigo Iván, por amor y luego por necesidad asesino a sueldo de profesión, vegetariano y viejo amigo, en la jurisdicción de leyes y castigos.
El destrozaba hojas y yo inventaba sin parar letras, palabras y justificaciones morales para rellenar los nuevos espacios. Él, frenético, degollaba palabras y yo como loca perfeccionaba mis oraciones para que en su atropello no les matara el significado y me las dejara vacías.
Fue un mes arduo. Escribir, asesinar, reescribir, reformular, amenazar, validar, escribir.
Después de interesantes charlas en el descanso del almuerzo con Iván llegamos a la conclusión de que nuestras tareas no eran muy distintas, sólo que nos valíamos de distintos medios. También me di cuenta (y debí confesárselo) de lo indispensable  que me era alguien como él, los libros ya están muy llenos y sólo él sabe cómo hacer espacio.
Terminamos la tarea. Ahora te puedo acusar de lo que quiera, me ampara la ley y la seguridad de que en realidad mi profesión es otra.

12

Que raro que no se te dio por un colapso de letras
o un remolino de ideas,
a mi se me vino todo el diccionario encima
y no tuve tiempo de juntar todas las palabras.
Tengo mil cuentos inconclusos y todos empiezan igual
cuento con la ventaja de que la tinta se borra y da muerte a tanto embarazo no deseado.
Las bibliotecas ya no soportan más papeles.

11


Las palabras inundan mi lengua y ahí mueren
húmedas, sin destinatario.
No hay guerra ni paz en mi continente
hay una luna que me acompaña desde enero
y me espera todos los meses.